jueves, 2 de julio de 2009

Shyoichiro Yamamura – El artista insecto






















Morishima y Brown comentan el caso de un artista savant con un atípico talento a la hora de dibujar animales en general y insectos en particular. Shyoichiro Yamamura sufrió una serie de graves enfermedades en su niñez, que resultaron en una discapacidad en el desarrollo y utilización de la palabra. No hizo uso de palabras como “Mama” hasta que tenía 14 años. Yamamura tenía dos intereses en la escuela - observar y capturar insectos para posteriormente dibujarlos. Excepto en este área, su memoria y la extensión de su atención eran sumamente pobres. Su coeficiente era de 48-53. A menudo abandonada la clase para capturar una mariposa que volaba entorno a la ventana. A los 11 años se le asigno una escuela de educación especial tras resultar fallidas sus experiencias en clases regulares. Fue aquí donde su profesor supo identificar y fomentar su talento.

Yamamura continuo siendo un niño aislado y retraído que raramente interactuaba con otros estudiantes. Pasaba horas y horas observando los insectos, los cuales le estaba permitido tener en un gran número dentro de la clase, en una jaula especialmente construida para ello. A los 19 años Yamamura aun era incapaz de hacerse la cama o llevar a cabo cualquier otra actividad cotidiana. Se realizo un esfuerzo deliberado para involucrarle en el trabajo activo y productivo de la granja, en vez de permitirle que pintar fuera su única actividad. Es interesante observar como con esta ampliación en su educación, sus habilidades para dibujar se desarrollaron aun más. Comenzó a utilizar nuevos métodos, incluyendo el pintar con los dedos, técnica en la cual llego a ser muy competente. Usaba sus uñas para pintar pequeñas porciones de sus criaturas. Reproduciendo los insectos hasta el más mínimo detalle sin hacer uso de un modelo y sin volver a mirar al insecto. Sus capacidades motoras también se vieron desarrolladas, a menudo cortaba elaborados insectos de no más de un centímetro, reproducidos prácticamente a tamaño real. Casi tan impresionante como su prodigiosa memoria para los insectos era su aparentemente inagotable atención en este tema en particular, mas allá del cual sus intereses era escasos o inexistentes.

Morishima y Brown usaron este caso para inspirar a los maestros de educación especial a la hora de identificar, nutrir, fomentar y enriquecer las capacidades existentes en las personas discapacitadas. Esperando que de la deficiencia deviniera una superioridad, aunque fuera en un solo campo de acción. No temían que se diera un retraso en el desarrollo general a cambio de este talento especial, ya que en este caso había ocurrido lo contrario.


No he conseguido ni una sola imagen de sus creaciones...

(La imagen es de Shuzo Takiguchi; Sphinx leaving the nest (1962))

Traducción de “Extraordinary People – Darrold A. Treffert”

2 comentarios:

  1. Tu savant nos evade, Bash, se escapa como no pudieron hacerlo los insectos que dibujaba ... ¿Veía el mundo entero dentro de la jaula? ¿Sería por eso que no le interesaba nada más? No lo sé. Besos que se interrogan ...

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  2. Si, el no tiene alfiler que le perpetué. Aquí tan solo lo cogemos con pinzas, entre algodones, con respeto… es una pena no poder ver ninguna de sus obras…

    Interrogantes sangrantes Mariel.

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