miércoles, 29 de abril de 2009

James Henry Pullen (1835–1916)

El genio del asilo de Earlswood...

Allí paso 66 años de su vida, desde los 15 años hasta su muerte en 1916.

"...Philips refiere el caso de James Henry Pullen, famoso afásico de Londres, notable carpintero y artesano de la madera. A los siete años había aprendido una sola palabra: madre. En el Asilo de Earlswood, donde había sido internado a los quince, produjo toda su obra. Su pieza más famosa, el barco The Great Eastern, le demandó ocho años de labor. No olvidó construir ninguno de los 5.585 remaches, ni los trece botes salvavidas, ni cada una de las piezas del mobiliario interior de la nave. Algunos de sus trabajos llegaron a las manos de la reina Victoria. El príncipe Alberto recibió un dibujo del sitio de Sebastopol, de la guerra de Crimea, que Pullen imaginó basándose en las crónicas periodísticas..."

Extraido de Estudio de memoria - Gustavo Jalife






















Cálculo calendárico e inteligencia.

Las habilidades excepcionales relacionadas con cálculos del calendario son una de las habilidades más comunes en la literatura científica del síndrome de savant. En uno de los estudios encaminados a investigar el origen de esta habilidad, O’Connor, Cowan y Samella, (2000) se plantearon como pregunta de investigación si ¿existe relación entre la habilidad savant de cálculo calendárico con la inteligencia tal y como se concibe y mide habitualmente?

Para responder esta pregunta realizaron un estudio correlacional entre las diferentes variables planteadas, y hallaron una relación significativa entre CI y precisión en el cálculo de fechas, aunque no hallaron relación entre el tiempo de latencia empleado para el cálculo y el CI. Este resultado sugería que en efecto, al menos parcialmente, existía una cierta relación entre CI y cálculo calendárico, que permitiría afirmar que esta habilidad constituye una demostración de algún tipo de inteligencia.

Estos investigadores se plantearon además otra pregunta: ¿la habilidad de cálculo calendárico está directamente relacionada con una envidiable habilidad aritmética?

Los autores estaban convencidos de que, en efecto, los sujetos con esta habilidad empleaban el cálculo (y no ningún otro posible elemento como la memoria, u otra habilidad) para la adivinación de fechas. Sin embargo, para resolver esta cuestión volvieron a adoptar un enfoque correlacional, pero encontraron que las puntuaciones el subtest de aritmética del WAIS eran tremendamente dispares. Además, investigaciones previas indican consistentemente deficiencias en aritmética en los sujetos savants. La explicación que encontraron O’Connor et al. para este hecho fue que el subtest de aritmética del WAIS no era una buena medida para estos sujetos, ya que utilizaba enunciados lingüísticos en los que el sujeto debe interpretar información lingüística, y no exclusivamente aritmética. Esta explicación se corroboró cuando utilizaron otra medida netamente de aritmética (un test de cálculo mental de adiciones y substracciones que iban de muy fácil a muy difícil), en la que los sujetos savants puntuaron excepcionalmente.

Cálculo calendárico y memoria.

Otros autores como Heavey, Pring y Hemerling, (1999), se propusieron investigar la relación de la habilidad del cálculo calendárico con la memoria. Para ello se propusieron revisar diferentes explicaciones del fenómeno de los cálculos calendáricos relacionados con la memoria.

Una primera hipótesis proponía que los sujetos utilizan la memoria visual para recordar calendarios perpetuos que previamente han visualizado. Sin embargo esta posibilidad se rechazó como explicación universal, ya que en un estudio realizado en 1965, se describía el caso de un sujeto con ceguera congénita y sin acceso a calendarios en Braille.

Una segunda hipótesis propone que estos sujetos utilizan fórmulas y algoritmos disponibles en enciclopedias y publicaciones científicas. Aunque esta hipótesis fue rechazada ya que la complejidad de dichas fórmulas requiere un nivel de comprensión lectora, memoria y habilidad numérica lejos del alcance de los individuos savant.

Una tercera hipótesis proponía que estos sujetos utilizan la estrategia de memorizar fechas especiales, que después utilizan como anclas a partir de las cuales calculan las fechas solicitadas con más facilidad. Sin embargo, otros autores rechazan esta hipótesis y afirman que no se trata de utilizar fechas de referencia, sino que emplean un proceso de memorización por rutina.

Los investigadores realizaron tres experimentos para aclarar qué papel juega la memoria en el cálculo calendárico, y concluir cuál de las tres hipótesis era más cercana a la explicación del fenómeno de los cálculos calendáricos.

En el primer experimento, compararon la memoria a corto plazo (MCP) de un grupo de 8 sujetos con síndrome de savant con un grupo de sujetos control igualado en edad y CI (una puntuación de 64.9 en la prueba de Peabody). La prueba en la que fueron comparados, fue el subtest de dígitos del WAIS, y una prueba similar utilizando palabras monosílabas de alta frecuencia. El resultado de la comparación indicó que no había diferencias en MCP entre ambos grupos, de lo que se concluye que los sujetos savant no emplean la MCP para realizar sus cálculos.

En el segundo experimento, se comparó a ambos grupos en una tarea de evaluación de memoria a largo plazo (MLP), y al igual que en el experimento anterior se emplearon elementos tanto numéricos (años), como verbales (palabras). Tal y como sucedió anteriormente, ambos grupos recordaron un número de palabras similar. Sin embargo, en el recuerdo de años, el grupo savant fue claramente muy superior. Este resultado descarta que los sujetos savant posean una MLP globalmente superior al resto de sujetos, aunque mantiene abierta la posibilidad de que tengan una mayor facilidad para el recuerdo de números que el resto de sujetos.

Finalmente, en el tercer experimento Heavey et al., se propusieron analizar el papel del efecto de generación en el cálculo de fechas calendáricas. Según la teoría del efecto de generación, es más probable retener una palabra que previamente se ha generado, que una palabra que se ha provisto externamente (una palabra que hemos leído, escuchado,….) Este proceso de generación de la palabra implica la existencia de múltiples rutas de acceso para recuperar dicha palabra, lo que implicaría que una palabra no generada propiamente, sino provista externamente (por ejemplo leyendo) dispondrá de menos rutas de acceso para su recuperación.

Para analizar el papel del efecto de generación, los investigadores propusieron dos condiciones experimentales: condición de estudio, y condición de cálculo. La primera consistía en leer detenidamente una lista de fechas que incluían su día de la semana, y tras una pausa de 5 minutos, se le presentaba una segunda lista en la que se le advertía que hay algunos de los días que estudiado en la lista original, pero no todos. En la segunda condición, la condición de cálculo: se daba al individuo una lista con fechas para que calculara el día de la semana, se realizaba otra pausa de 5 minutos, y se le daba una lista en la que se le avisaba que estaban algunas de las fechas calculadas. En ambas condiciones se pedía a los sujetos que
identificaran las fechas encontradas en ambas fechas. El resultado del experimento indicó que se cumplía el efecto de generación, ya que los savant recordaban significativamente más fechas generadas por ellos que fechas provistas externamente.

La conclusión global de los tres experimentos, descartó que los sujetos savant desarrollaran su habilidad con el calendario gracias a una MCP o MLP innatamente superior, pero admitía dos posibles explicaciones de los cálculos calendáricos.

La primera de ellas propone que los savant calculan las fechas haciendo uso de un desarrollado conocimiento base del calendario, y que el efecto de generación no se extendiera a otras áreas que no requieren ese conocimiento base. Mientras que la segunda explicación proponía que el mayor recuerdo de fechas elaboradas no responde al efecto de generación, sino a que el esfuerzo que supone el cálculo deja una huella en la memoria.

Extraído de Síndrome de savant: entre lo genial y lo ingenuo - Raúl Tárraga Mínguez & Gabriela Acosta Escareño

Gottfried Mind (1768-1814)


Texto procedente de Tecnologia Obsoleta (http://www.alpoma.net/tecob/):

Apenas contaba cuarenta y seis años cuando falleció, allá por 1814, pero su obra ya era conocida en media Europa. Todo un mérito para un extraño personaje que desde muy temprano fue conocido como el Rafael de los gatos, en honor al excelso maestro italiano del renacimiento. Gottfried Mind pintaba gatos, así de sencillo, se trataba de un artista suizo que probablemente podríamos calificar hoy día como un idiot savant. La calidad de sus gatunas pinturas es tal que el paso de los siglos no ha hecho sino aumentar su prestigio y, claro está, su valor.

Según las crónicas, nadie había logrado captar en una pintura el carácter y actividades de los gatos de forma tan perfecta. Mind, habitante de Berna, era respetado y admirado, recibía visitas de gentes interesadas en su arte procedentes de países diversos, muchos de los cuales decidían comprar sus obras. Su fama se extendió por el continente, con lo que se convirtió en un artista de moda. Su capacidad para reflejar la vida de los gatos es asombrosa, sobre todo teniendo en cuenta su condición de autista, era capaz de captar todo el mundo de nuestros amigos felinos de forma que podía contar historias completas con sólo una imagen. Al parecer, Mind vivía rodeado de gatos, con los que se entendía mejor que con sus vecinos humanos. Dicen que era capaz de “conversar” con ellos y, sobre todo, se encontraba en armonía con su gata favorita, de nombre Mineta. Los gatos eran todo su mundo, con lo que los visitantes estaban avisados de no molestar a los animalejos, porque esto haría despertar el enfado del artista. En 1809 cuentan que las autoridades de Berna decretaron el exterminio de todos los gatos de la ciudad. Algunos parecían mostrar síntomas de hidrofobia –léase rabia– con lo que la orden fue cumplida con eficacia, eliminándose a unos ochocientos gatos. El suceso dejó a Mind profundamente deprimido, aunque por suerte se permitió a Mineta seguir viviendo. El desastre gatuno hizo que, en los años siguientes, pusiera tal empeño en llevar a la vida todo tipo de detalles de sus gatos a través del arte, de forma tan genial que su fama y la petición de obras suyas crecieron de forma sorprendente.








"Symptoms of madness having been manifested among the cats of Berne, in the year 1809, the magistrates gave orders for their destruction. Mind exhibited the greatest distress when he heard of this cruel mandate. He cherished his dear Minetta in secret; but his sorrow for the death of eight hundred cats, immolated to the public safety, was inexpressible, nor was he ever completely consoled. To soothe his regret, and as if to reproduce the victims with his pencil, he began to paint cats with increased diligence; and he amused himself during the long evenings of the ensuing winter by cutting chestnuts into miniature figures of cats and bears. These trifles were executed with such astonishing address, that, notwithstanding his dexterity, he was unable to supply the demand for them. His death took place at Berne, in 1814"

A general view of the fine arts - Daniel Huntington



Casimiro

"En diciembre de 2005 tuve la oportunidad de conocer a un idiot-savant en la localidad cántabra de Torrelavega. Un periodista que me había entrevistado me habló de un señor mayor con un grado de autismo y una peculiar habilidad para hacer cálculos de fechas (algo relativamente frecuente en estos casos). Tras conseguir el número de teléfono de su familia, no dejé pasar la oportunidad de visitarlo. Con gran amabilidad, fui recibido y pude hablar así con Casimiro, un señor de unos sesenta años, prácticamente ciego y con un peculiar autismo. Después de hablar con su familia y sondearlo también a él con algunas preguntas, pasé a comprobar cómo realizaba la prueba del calendario. Le pregunté una batería de unas 20 fechas, en todas dijo correctamente el día de la semana en que había caído, pero también dijo algo más...

Ante mi asombro, cuando le pregunté la primera fecha, 14 de agosto de 1977, su respuesta, en apenas siete u ocho segundos, fue la siguiente: Fue un domingo y... en Torrelavega aquel día cayó una tormenta muy grande...

Cierto es que fue un domingo. Desconozco si cayó una tormenta o no, pero, según su familia, Casimiro no sabe mentir. Es más, ante todas las fechas dijo algo que aquel día había ocurrido y que había quedado de forma misteriosa grabado en su mente.

Cuando le pregunté por el 8 de agosto de 1933, Casimiro no supo responder. Esto me hizo comprender que tiene grabado el día de la semana de las fechas que ha vivido y puede recordar, añadiéndole más datos, pero que realmente no calcula, ni utiliza ningún algoritmo específico, al menos como nosotros lo definiríamos. Casimiro no sabe calcular, ni siquiera sabe leer y escribir…"

Alberto Coto - Entrenamiento Mental

martes, 28 de abril de 2009

Jedediah Buxton (1707-1772)

Comenzamos...


















"El ingles Jedediah Buxton (1707-1772) nunca aprendió a leer o escribir, pero podía calcular el equivalente en libras, chelines y peniques de un cuarto de penique duplicados 140 veces. En 1754 Buxton visito Londres, donde fue examinado por varios miembros de la Royal Society hasta que se convencieron de que sus logros eran genuinos. También fue llevado al Teatro de Drury Lane para ver una obra, pero sin prestar ninguna atención a al escena, informo a sus anfritiones el numero exacto de palabras pronunciadas por distintos actores, y el numero de pasos de danza efectuados por otros. Quizás aun mas sorprendente es que en los pocos casos en los que pudo explicar sus métodos aritméticos, estos eran bastante toscos. Por ejemplo, nunca aprendió aprendió a sumar los exponentes al multiplicar potencias de diez. Llamaba a la cantidad 10 elevado a 18 “una tribu” y a 10 elevado a 36 “una grapa”

Historia de Pi – Petr Beckmann

“Sabia calcular la superficie de un señorío después de andar unas horas a su alrededor… calculaba mentalmente con la ayuda de una misteriosa tabla de medida que se había fabricado y que comprendía principalmente montones de grano y guisantes. Convertía todas las longitudes a una unidad de referencia inventada por el: el grosor de un cabello. Realizo la azaña de calcular mentalmente el cuadrado de un numero de 39 cifras, obteniendo un numero de 78 cifras, con un solo error. Poseía una memoria excepcional y podía repetir al derecho o al revés largas series de cifras después de verlas solo una vez”

Supercerebros; de los superdotados a los genios - Robert Clarke




















George Saxe recuerda su encuentro con Jedediah asi: “I proposed to him the following random question: In a body whose three sides are 23,145,789 yards, 5,642,732 yards, and 54,965 yards, how many cubical 1/8ths of an inch are there? After once naming the several figures distinctly, one after another, in order to assure himself of the several dimensions and fix them in his mind, without more ado he fell to work amidst more than 100 of his fellow labourers and, after leaving him about five hours, on some necessary concerns (in which time I calculated it with my pen) at my return, he told me he was ready.

“Upon which, taking out my pocket-book and pencil, to note down his answer, he asked which end I would begin at, for he would direct me either way … I chose the regular method … and in a line of 28 figures, he made no hesitation nor the least mistake.