Cálculo calendárico e inteligencia.Las habilidades excepcionales relacionadas con cálculos del calendario son una de las habilidades más comunes en la literatura científica del síndrome de savant. En uno de los estudios encaminados a investigar el origen de esta habilidad, O’Connor, Cowan y Samella, (2000) se plantearon como pregunta de investigación si ¿existe relación entre la habilidad savant de cálculo calendárico con la inteligencia tal y como se concibe y mide habitualmente?
Para responder esta pregunta realizaron un estudio correlacional entre las diferentes variables planteadas, y hallaron una relación significativa entre CI y precisión en el cálculo de fechas, aunque no hallaron relación entre el tiempo de latencia empleado para el cálculo y el CI. Este resultado sugería que en efecto, al menos parcialmente, existía una cierta relación entre CI y cálculo calendárico, que permitiría afirmar que esta habilidad constituye una demostración de algún tipo de inteligencia.
Estos investigadores se plantearon además otra pregunta: ¿la habilidad de cálculo calendárico está directamente relacionada con una envidiable habilidad aritmética?
Los autores estaban convencidos de que, en efecto, los sujetos con esta habilidad empleaban el cálculo (y no ningún otro posible elemento como la memoria, u otra habilidad) para la adivinación de fechas. Sin embargo, para resolver esta cuestión volvieron a adoptar un enfoque correlacional, pero encontraron que las puntuaciones el subtest de aritmética del WAIS eran tremendamente dispares. Además, investigaciones previas indican consistentemente deficiencias en aritmética en los sujetos savants. La explicación que encontraron O’Connor et al. para este hecho fue que el subtest de aritmética del WAIS no era una buena medida para estos sujetos, ya que utilizaba enunciados lingüísticos en los que el sujeto debe interpretar información lingüística, y no exclusivamente aritmética. Esta explicación se corroboró cuando utilizaron otra medida netamente de aritmética (un test de cálculo mental de adiciones y substracciones que iban de muy fácil a muy difícil), en la que los sujetos savants puntuaron excepcionalmente.
Cálculo calendárico y memoria.Otros autores como Heavey, Pring y Hemerling, (1999), se propusieron investigar la relación de la habilidad del cálculo calendárico con la memoria. Para ello se propusieron revisar diferentes explicaciones del fenómeno de los cálculos calendáricos relacionados con la memoria.
Una primera hipótesis proponía que los sujetos utilizan la memoria visual para recordar calendarios perpetuos que previamente han visualizado. Sin embargo esta posibilidad se rechazó como explicación universal, ya que en un estudio realizado en 1965, se describía el caso de un sujeto con ceguera congénita y sin acceso a calendarios en Braille.
Una segunda hipótesis propone que estos sujetos utilizan fórmulas y algoritmos disponibles en enciclopedias y publicaciones científicas. Aunque esta hipótesis fue rechazada ya que la complejidad de dichas fórmulas requiere un nivel de comprensión lectora, memoria y habilidad numérica lejos del alcance de los individuos savant.
Una tercera hipótesis proponía que estos sujetos utilizan la estrategia de memorizar fechas especiales, que después utilizan como anclas a partir de las cuales calculan las fechas solicitadas con más facilidad. Sin embargo, otros autores rechazan esta hipótesis y afirman que no se trata de utilizar fechas de referencia, sino que emplean un proceso de memorización por rutina.
Los investigadores realizaron tres experimentos para aclarar qué papel juega la memoria en el cálculo calendárico, y concluir cuál de las tres hipótesis era más cercana a la explicación del fenómeno de los cálculos calendáricos.
En el primer experimento, compararon la memoria a corto plazo (MCP) de un grupo de 8 sujetos con síndrome de savant con un grupo de sujetos control igualado en edad y CI (una puntuación de 64.9 en la prueba de Peabody). La prueba en la que fueron comparados, fue el subtest de dígitos del WAIS, y una prueba similar utilizando palabras monosílabas de alta frecuencia. El resultado de la comparación indicó que no había diferencias en MCP entre ambos grupos, de lo que se concluye que los sujetos savant no emplean la MCP para realizar sus cálculos.
En el segundo experimento, se comparó a ambos grupos en una tarea de evaluación de memoria a largo plazo (MLP), y al igual que en el experimento anterior se emplearon elementos tanto numéricos (años), como verbales (palabras). Tal y como sucedió anteriormente, ambos grupos recordaron un número de palabras similar. Sin embargo, en el recuerdo de años, el grupo savant fue claramente muy superior. Este resultado descarta que los sujetos savant posean una MLP globalmente superior al resto de sujetos, aunque mantiene abierta la posibilidad de que tengan una mayor facilidad para el recuerdo de números que el resto de sujetos.
Finalmente, en el tercer experimento Heavey et al., se propusieron analizar el papel del efecto de generación en el cálculo de fechas calendáricas. Según la teoría del efecto de generación, es más probable retener una palabra que previamente se ha generado, que una palabra que se ha provisto externamente (una palabra que hemos leído, escuchado,….) Este proceso de generación de la palabra implica la existencia de múltiples rutas de acceso para recuperar dicha palabra, lo que implicaría que una palabra no generada propiamente, sino provista externamente (por ejemplo leyendo) dispondrá de menos rutas de acceso para su recuperación.
Para analizar el papel del efecto de generación, los investigadores propusieron dos condiciones experimentales: condición de estudio, y condición de cálculo. La primera consistía en leer detenidamente una lista de fechas que incluían su día de la semana, y tras una pausa de 5 minutos, se le presentaba una segunda lista en la que se le advertía que hay algunos de los días que estudiado en la lista original, pero no todos. En la segunda condición, la condición de cálculo: se daba al individuo una lista con fechas para que calculara el día de la semana, se realizaba otra pausa de 5 minutos, y se le daba una lista en la que se le avisaba que estaban algunas de las fechas calculadas. En ambas condiciones se pedía a los sujetos que
identificaran las fechas encontradas en ambas fechas. El resultado del experimento indicó que se cumplía el efecto de generación, ya que los savant recordaban significativamente más fechas generadas por ellos que fechas provistas externamente.
La conclusión global de los tres experimentos, descartó que los sujetos savant desarrollaran su habilidad con el calendario gracias a una MCP o MLP innatamente superior, pero admitía dos posibles explicaciones de los cálculos calendáricos.
La primera de ellas propone que los savant calculan las fechas haciendo uso de un desarrollado conocimiento base del calendario, y que el efecto de generación no se extendiera a otras áreas que no requieren ese conocimiento base. Mientras que la segunda explicación proponía que el mayor recuerdo de fechas elaboradas no responde al efecto de generación, sino a que el esfuerzo que supone el cálculo deja una huella en la memoria.
Extraído de Síndrome de savant: entre lo genial y lo ingenuo - Raúl Tárraga Mínguez & Gabriela Acosta Escareño